Un día después de un episodio similar en la ciudad santafesina de Capitán Bermúdez, otro hecho insólito ocurrió este jueves en la localidad bonaerense de Ensenada, cuando un perro ingresó en un kiosco y hurtó una bandeja de pepas.

El nuevo episodio de "delincuencia canina" tuvo como epicentro un local ubicado en Cestino al 300, a metros del Paseo Gastronómico.

Las cámaras mostraron cómo el perro ingresó con sigilo al local y, cual "mechero", eligió como botín una bandeja de pepas, tras olfatear varios productos.

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Un hecho con el mismo modus operandi había ocurrido este miércoles en la pequeña ciudad de Capitán Bermúdez, cercana a Rosario, cuando otro perro ingresó en un almacén y se robó una pastafrola de membrillo que minutos antes había dejado un proveedor y que devoró en la puerta del comercio.

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"El perro entró e hizo su trabajo en 25 segundos", contó a la televisión local el dueño del comercio antes de indicar, entre risas, que el can estaba perdonado.